miércoles, 15 de agosto de 2007

...

"El sistema era de aprensión a la vez muy difícil y muy fácil. Era, como todo estilo, un campo gravitacional, en el que se caía. Recuerdo que una noche caminábamos por el centro, y cruzamos a una prostitura de las que por entonces, hace veinte años, todavía podían verse en Buenos Aires: pintada como un mascarón, cargada de joyas baratas, con ropa chillona, gorda, vieja. Osvaldo dijo pensativo: «¿Por qué será que los yiros parecen seres del pasado» Yo oí mal y le respondí: «No creas. Mirá a Mao Tsé Tung» Se detuvo, estupefacto, y me dirigió una mirada extraña. Por un instante, el malentendido abarcó a toda la literatura, y más. Han tenido que pasar tantos años y tantas cosas para que yo pudiera leer en esa mirada, o en el pasado mismo, lo que me quiso decir: «Por fin entendiste algo»"

del prólogo de César Aira a la edición de Novelas y Cuentos de Osvaldo Lamborghini.